miércoles, 8 de febrero de 2017

Oyá




Señora de la centella, del remolino, del arcoiris y de los muertos. Sus vientos ayudan a sostener la vida después que las aguas de Oshún y Yemayá han dado vida y significación o propósito. Los vientos de Oyá portan el polen de diferentes plantas de uno a otro lugar. Oyá es también el aire que respiramos, ella provee el aire con la correcta cantidad de oxígeno para mantenernos vivos y en funcionamiento. Oyá es un Osha y está muy relacionada con Ikú, la divinidad de la muerte. Propicia los temporales, los vientos fuertes o huracanados y las centellas. Simboliza el carácter violento e impetuoso. Vive en la puerta de los cementerios. Representa la intensidad de los sentimientos lúgubres, el mundo de los muertos. Además se le considera la guerrera entre los orishás además de Elegua, Ogún y Oshosi. En la naturaleza está simbolizado por la centella. Junto con Elegguá, Orula y Obbatalá domina los cuatro vientos. Se le llama con el sonido de la vaina de framboyán. Representa la reencarnación de los antepasados, la falta de memoria y el sentimiento de pesar en la mujer. La bandera, las sayas y los paños de Oya llevan una combinación de todos los colores excepto el negro. 
Es además la Orisha del Río Níger, antiguamente llamado Oyá, por sus 9 afluentes, nacida en Ira. Oyá es una de las llamadas Orishas muerteras junto a sus hermanas Obbá y Yewá. Oyá ejerce un poder especial sobre los eggúns, por ser esta madre de 9 de ellos. Amante de la guerra combatía junto a Oggún y Shangó en las campañas que estos realizaban. Acompañó a Shangó cuando este dejó Oyó y fue nombrada reina de Kosso por este. Su culto es de territorio Tapa, Kosso y Òyó. Su nombre proviene de Yorùbá Òyá (Oló: dueña - Oya: Oscuridad) también conocida como Yansá del Yorùbá Iyámsá (Iyá: madre -Omó: hijos - Mesá: nueve).
Los hijos de Yemayá y Shangó no la reciben durante el Sodo Orisha y cuando se asienta como Orisha tutelar, sus hijos deben recibir Yemayá con un ritual especial. Lleva 9 otá marrones o carmelitas que se recogen en el río.
Nombres: Oyá, Yansá, Oyá Yansá
Saludo: ¡Jekua Jey Yansá!
Número: 9
Fecha: 2 de febrero o 15 de octubre.
Colores: Todos menos el Negro.
Día de la semana: Viernes
Hija de Obbatalá y Yembó, esposa de Oggún, Shangó y besó por primera vez a Babalú Ayé, también hermana de Ayaó que es virgen y no se asienta. Habla en el diloggún por Osá (9).
Según los patakíes de Oiá, hace mucho tiempo vivían en una tribu tres hermanas: Iemaiá, Oshún y Oiá, hijas de Olofín, jefe de la tribu y dios. Aunque las hermanas eran muy pobres, eran felices. Iemaiá era la mayor y mantenía a sus dos hermanas pescando en el mar. Oiá era la más pequeña y Oshún la cuidaba, mientras hacia esto también pescaba en el río y recogía piedras, las cuales vendían. Muy grande era el amor entre las tres hermanas. Un día la tribu fue invadida por tropas enemigas. Oshún no pudo escuchar los gritos de Oiá, a la cual amarraba para que no se perdiera haciendo sus habituales travesuras ya que se encontraba sumergida en el río, ni tampoco la escuchó Iemaiá, la cual estaba muy alejada de la costa. Así, los enemigos se llevaron a Oiá como cautiva. Cuando Oshún descubrió la pérdida de su hermana querida, enferma de melancolía comenzó a consumirse lentamente. Sin embargo, logró conocer cuanto pedían los enemigos por el rescate de Oiá y poco a poco comenzó a guardar monedas de cobre, hasta que tuvo el dinero suficiente para rescatar a Oiá. El jefe de la tropa enemiga, quien estaba perdidamente enamorado de Oshún y que conocía la pobreza de ésta, duplicó el precio del rescate mientras se hacían las negociaciones. Oshún se arrodilló, lloró y suplicó, sin embargo el jefe le pidió su virginidad a cambio de la libertad de su hermana. Por el amor que profesaba a Oiá, Oshún accedió. Cuando regresó a la casa con Oiá, le contaron todo a Iemaiá, y la hermana mayor en reconocimiento al gesto generoso de Oshún y para que Oiá no olvidara jamás el sacrificio de su hermana, adornó la cabeza de ésta y sus brazos con monedas de cobre. Mientras Oiá estaba cautiva, su padre, el dios Olofin había repartido los bienes terrenales entre los habitantes de su tribu: a Iemaiá la hizo dueña absoluta de los mares, a Oshún, de los ríos; a Ogún, de los metales, y así sucesivamente. Pero como Oiá no estaba presente, no le tocó nada. Oshún imploró a su padre que no la omitiera de su representación terrenal. Olofin, quedó pensativo al percatarse de la justeza de la petición y recordó que sólo quedaba un lugar sin dueño: el cementerio. Oiá aceptó gustosa, y así se convirtió en ama y señora del camposanto. Es por esto que Oiá tiene herramientas de cobre para mostrar su eterno agradecimiento al sacrificio de Oshún y come a la orilla del río, como recuerdo de su niñez.
Su receptáculo en una vasija de barro con tapa o una sopera de loza color carmelita o de varios colores. Normalmente vive seca, en algunos casos en agua de río y en otros solo se le rocía un poco de agua de río a sus otá.
Sus atributos son 9 adanes (manillas) de cobre, vainas de flamboyán, Irukes (rabos de caballo), una mano de caracoles, herramientas de trabajo y de guerra, espadas, escudos, esclavas, espadas rayo, corona, pañuelos de 9 colores diferentes excepto el negro, guataca, pico, acofá, rayo, guadaña, palo, azadón, rastrillo, hacha, sable, etc.

Sus Elekes o collares son de 1 cuenta carmelita con rayas blancas y negras por cada 9 carmelitas, en algunas casa de Osha los confeccionan de cuentas lilas con rayas amarillas o alternando 9 cuentas blancas y 9 negras.
Objetos de poder: Una herramienta hecha con crin negra de cola de caballo, llamado Iruke. Nueve brazaletes de cobre. Oyá viste con un vestido vino y una saya con 9 franjas de diferentes colores. También puede vestirse con un vestido de fibra seca de la parte superior de la palma real, llamado yagua. Cintas de nueve colores cubren su cabeza.
Se le ofrendan frutas de colores ocre fundamentalmente la berenjena, batata, plátano indio, bollos de frijoles de carita, arroz blanco con berenjena, manteca de corojo, uvas, manteca de cacao, maíz tostado, coco, etc.
Se le inmolan chiva, gallinas, gallinas de guinea, palomas. Sus Ewe son flamboyán, caimitillo, fruta bomba, yuca, granada, maravilla, mil flores, geranio, coralillo morado, mar pacífico, pepino cimarrón, verbena, flor de cementerio, espanta muerto, cambia voz, llantén, vergonzosa, artemisa, cordobán, alcanfor, curujey, croto, chirimoya, meloncillo, etc.
Cuando Oyá baila, menea su iruke para limpiar las malas influencias del aire. Su baile es muy frenético y muy rápido. Es delirante, una bacanal. A veces carga con una antorcha encendida en su mano derecha, haciendo fieros círculos mientras gira hacia la izquierda.
St. Católicos
Kimbisa
Mayombe
Abakuá
Brillumba
Arará
Iyesá
Gangá
Mpungo Mamawanga
Yaya Kengue
Mariwanga
Monte Oscuro
Centella Endoqui
Remolino
Noche Oscura
Viento Malo
Malongo
Vira Vira
Mayanquera
Nueve Sayas una Cinta
Onifé
Mpungo Mamawanga
Kengue
Yawarinumé
Addañon
Dañe
Naé
Oyá Weri
Sus hijos son personas reservadas, de carácter tranquilo como una brisa, pero cuando se enojan son una tempestad. Son como el viento, no les gusta estar encerrados en un lugar, lo cansan con facilidad lo cotidiano y monótono. Son en casos extremadamente fieles, pero en otros dados a las aventuras extra conyugales. En todos los casos son muy celosos. Caminos: Oyá Yansá Bí Funkó. Oyá Dumí. Oyá De. Oyá Bumí. Oyá Bomi. Oyá Nira. Oyá Igbalé. Oyá Niké. Oyá Tolá. Oyá Dira.Oyá Funké. Oyá Iya Efon. Oyá Afefere. Oyá ansá Mimú. Oyá Obinídodo. Oyá Yansá Duma. Oyá Yansá Doco. Oyá Tombowa. Oyá Ayawá. Oyá Tapa. Oyá Tomboro. Oyá Yansá Odó. Oyá Yansá Orirí.
Para coronar este Oshá, el iniciado debe haber recibido antes a los orishás guerreros. Luego, durante la coronación, se deben recibir los siguientes oshás y orishás: Eleguá , Ogún, Oshosi, Obatalá, Oke, Iemaiá, Shangó, Ogué, Oshún y Oiá.
 

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