Oshumare,
es el Orisha de la serpiente y el arco iris. Oshumare, representa la unión
entre el cielo y la tierra, el equilibrio entre los Orishas y los hombres.
Es
andrógino, este doble aspecto se hace presente en los colores rojo (masculino)
y azul (femenino), lo cual le sirve de verde al arco iris. Representa el movimiento,
la permanencia y la riqueza.
Es
ayudante de Shangó, ya que es el encargado de devolver a las nubes, el agua que
este envía al mundo a través de la lluvia, y corona de Yemayá.
Hijo
de Naná Burukú, hermano de Irokó y de Babalú Ayé. Representa la evaporación del
agua, ciclo muy importante debido a que sostiene la vida en la tierra, ya que
sin la lluvia y sin retorno a las nubes la vida perecería.
Es responsable de la comunicación entre las dos esferas,
superior e inferior del cosmos. Guerrero arduo, se le atribuye el gobierno de
los aires
y de algunos fenómenos atmosféricos. Es el patrón de todo lo que sea alargado o
prolongado. El cordón umbilical que está sobre su jurisdicción es generalmente
enterrado en la placenta, al pie de una mata (Palma) la cual
se siembra al nacer la criatura de la nueva vida. La salud dependerá
del cuido que se le de a esa Palma y el estado en el cual se conserve. Su
representante y mensajera es la serpiente
llamada Ere por los yorubas, una especie de Pitón
o de Boa, se cree que el excremento de este
animal tiene virtudes mágicas que otorgan suerte y riquezas al que la
encuentra.
Oshumare trae la paz a la tierra. Su
serpiente, un majá,
es el símbolo de la continuidad y la permanencia. Es visualizada como una
serpiente circular la cual se muerde su propia cola. En este aspecto es lo que
evita que la tierra se destruya o se aniquile. Si él se debilitara significaría
el fin del mundo. Por eso el ser humano debe ofrendarle sus adimúes como es debido. Su culto proviene
de territorio Yewe, este alcanzó su pico en el siglo XIX,
pero se fue perdiendo debido a los pocos que poseen sus secretos. Se dice que
ayudó a curar la ceguera de Olodumare, cuando este le ofreció residir en el Orun. Sus colores tienen
relación con los de Oyá y se le adora a través de Yemayá. Tambien su culto lo
tienen los Babalawós.
Sincretiza con San Bartolomé.
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