viernes, 10 de febrero de 2017

Oshumaré




Oshumare, es el Orisha de la serpiente y el arco iris. Oshumare, representa la unión entre el cielo y la tierra, el equilibrio entre los Orishas y los hombres.
Es andrógino, este doble aspecto se hace presente en los colores rojo (masculino) y azul (femenino), lo cual le sirve de verde al arco iris. Representa el movimiento, la permanencia y la riqueza.
Es ayudante de Shangó, ya que es el encargado de devolver a las nubes, el agua que este envía al mundo a través de la lluvia, y corona de Yemayá.
Hijo de Naná Burukú, hermano de Irokó y de Babalú Ayé. Representa la evaporación del agua, ciclo muy importante debido a que sostiene la vida en la tierra, ya que sin la lluvia y sin retorno a las nubes la vida perecería. 
Es responsable de la comunicación entre las dos esferas, superior e inferior del cosmos. Guerrero arduo, se le atribuye el gobierno de los aires y de algunos fenómenos atmosféricos. Es el patrón de todo lo que sea alargado o prolongado. El cordón umbilical que está sobre su jurisdicción es generalmente enterrado en la placenta, al pie de una mata (Palma) la cual se siembra al nacer la criatura de la nueva vida. La salud dependerá del cuido que se le de a esa Palma y el estado en el cual se conserve. Su representante y mensajera es la serpiente llamada Ere por los yorubas, una especie de Pitón o de Boa, se cree que el excremento de este animal tiene virtudes mágicas que otorgan suerte y riquezas al que la encuentra.
Oshumare trae la paz a la tierra. Su serpiente, un majá, es el símbolo de la continuidad y la permanencia. Es visualizada como una serpiente circular la cual se muerde su propia cola. En este aspecto es lo que evita que la tierra se destruya o se aniquile. Si él se debilitara significaría el fin del mundo. Por eso el ser humano debe ofrendarle sus adimúes como es debido. Su culto proviene de territorio Yewe, este alcanzó su pico en el siglo XIX, pero se fue perdiendo debido a los pocos que poseen sus secretos. Se dice que ayudó a curar la ceguera de Olodumare, cuando este le ofreció residir en el Orun. Sus colores tienen relación con los de Oyá y se le adora a través de Yemayá. Tambien su culto lo tienen los Babalawós.
Sincretiza con San Bartolomé. 

Sus Elekes se confeccionan con 7 cuentas transparentes intercaladas con 11 amarillas y 11 doradas. Sus hijos son típicamente ambiciosos y desean por cualquier medio ser ricos. Son pacientes y perseverantes, raramente son francos y carecen de generosidad. El éxito suele hacerlos arrogantes y vulgares.

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