Por: Geobanys Valle
Fecha: 11 de abril del 2017
Indiscutiblemente,
el Iyawó es un statu religioso que como es sagrado merece respeto. Llegar a
consagrar santo o hacerse Yoko Osha es una bendición, pero que no le toca a
todos, pues como mismo está el que nace para estrella como el que nace para estrellarse,
están las personas que nacen para ser paleros, espiritistas, santeros,
católicos, cristianos o escépticos (porque no me gusta utilizar el término
ateo, pues considero que nadie es tan ateo que digamos pues negaría la
espiritualidad humana).
Consagrarse en
la Osha constituye un sacrificio enorme que en muchas ocasiones las personas
ignoran o simplemente intentan reprimirlo o evadirlo. Pero la realidad se
impone. El iyaworaje es un compromiso que el iniciado establece con su orisha
tutelar, con sus orishas, con sus eggúnes, su familia religiosa, en fin con la
religión propiamente dicha.
Los que
desconocen me han preguntado en varias ocasiones para qué uno se hace santo, ¿qué
cosa es ser “iyawó”?, ¿qué pasa después que termine el iyaworaje?
Bien, las
respuestas a esas interrogantes pueden ser variadas, y en gran medida depende
del conocimiento del que disponga la persona que se ha asentado la osha. Uno se
hace santo por diferentes razones: por salud, para prosperar en la vida, por problemas
de justicia, para lograr equilibrio o estabilidad en la vida en todos los
sentidos, porque el santo ha reclamado la cabeza de la persona para su
coronación, por la trascendencia religiosa, entre otras, pero nunca jamás uno
llega al santo porque uno quiere. Eso sí hay que tenerlo claro y vuelvo a
repetir: nadie se hace santo porque quiere, o sea, como si hacerse santo fuese
como comprar un pullover, tomar un helado, ir a una fiesta, no, esto es algo
mucho más serio, que, como bien dije al inicio, implica un gran sacrificio
tanto en el plano económico como moral.
Porque no es
solo el gasto económico que uno hace para llegar a coronar la osha, también hay
que tener presente a todas las cosas personales que durante un año se debe
renunciar: las salidas nocturnas después de las 6 de la tarde o las 12 de la
noche, besar a las amistades o compañeros de trabajo, vestir ropas de colores,
ingerir bebidas alcohólicas, fumar, participar en fiestas nocturnas en night
clubs, discotecas o bares, dar la mano, en fin, es una serie de requisitos los
que tiene el Iyaworaje que nos limita mucho de las cosas a las que quizás
estábamos acostumbrados.
Porque el
iyaworaje impone un cambio en la vida. La persona deja de ser mundana, para
nacer en un “nuevo mundo”, con una nueva identidad, ahora con orishas que velan
por nuestras vidas, nos acompañan y nos guían.
Como Iyawó
se conoce al iniciado en la Regla de Osha o Santería, y es como un niño que ha
nacido nuevamente que, por ende, debe atenerse a todas las reglas vigentes,
como máxima comprobación para evaluar si esa persona será capaz de cumplir o no
después con todas las cosas salidas en su Itá.
Esta religión
no le prohíbe a nadie ser como es, pero sí impone un cambio en nuestras vidas,
donde nos presenta un nuevo camino a seguir lejos de los vicios mundanos. Claro,
la santería no es perfecta como ninguna otra religión que sea practicada por el
hombre o por la mujer, pero sí es una religión con loables valores
tradicionales y culturales.
En fin, el
iyawó es el santero que nace, un sacerdote recién iniciado que durante un año y dieciséis días deberá cumplir con toda una serie de normas religiosas, y en ese tiempo que dura el yavoraje deberá prepararse, estudiar
mucho, recibir la vibra y las influencias de sus orishas y eggúnes, para
después convertirse en babalosha, iyalosha o babalawo, según sean los casos
marcado por los oddún que salgan en Itá, porque, claro, no todos los que nos
hacemos santo o kari osha pueden trabajar después la Santería, consultar, hacer
otros santos o parir, o entregar poderes. Eso depende de lo que marque Itá,
como ya he dicho antes.
Es importante que el Iyawó recuerde siempre que según uno viva su iyavoraje, según una viva su Itá vivirá su vida. Por eso, hay que ganar en responsabilidad, a pesar de que también reconozco que llevar un yavoraje tan estricto y austero es muy difícil en los momentos actuales, por lo que quizás sería conveniente modificar algunos de los códigos establecidos en la religión, sin necesidad de alterar nuestras más preciadas tradiciones religiosas. Sería colocar la religión a la altura de su tiempo.
Y en un día tan especial para mí como este momento en el que escribo estas palabras (más que reflexión), me gustaría dedicarle mis más sinceras bendiciones a todos los Yavó de Cuba y del mundo.
Ashé!
Oshún Oñí Funké
Olo Oshún Ibu Kolé
Es importante que el Iyawó recuerde siempre que según uno viva su iyavoraje, según una viva su Itá vivirá su vida. Por eso, hay que ganar en responsabilidad, a pesar de que también reconozco que llevar un yavoraje tan estricto y austero es muy difícil en los momentos actuales, por lo que quizás sería conveniente modificar algunos de los códigos establecidos en la religión, sin necesidad de alterar nuestras más preciadas tradiciones religiosas. Sería colocar la religión a la altura de su tiempo.
Y en un día tan especial para mí como este momento en el que escribo estas palabras (más que reflexión), me gustaría dedicarle mis más sinceras bendiciones a todos los Yavó de Cuba y del mundo.
Ashé!
Oshún Oñí Funké
Olo Oshún Ibu Kolé
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