Por: Geobanys Valle
Fecha: 11 de abril del 2017
Puedo considerar
que tengo el honor de descender de una familia tradicionalmente religiosa,
donde el que no es santero es espiritista, y algunos tienen sus prendas de
palo. De hecho, provengo de la familia más grande y una de las más antigua en
la Santería que se practica en mi provincia, donde los Rojas y los Cruz nos
hemos unido con los Cantero y los Barzaín sobre todo. Y me atrevo a decir que
el santo que más se ha consagrado en mi familia es Yemayá.
A pesar de
que en mi caso no llevo mucho tiempo con santo coronado, como ocurre con mi
oyugbona (que es mi prima) que tiene 45 años de santo, o mi padrino (que
también es mi primo) que tiene 30 años de santo, quienes son santeros de alagua
alagua, como otros santeros en mi familia, el hecho de tener este origen, estas
raíces tradicionales e históricas y al estar prácticamente dese que nací
vinculado a estas creencias, me ha hecho nutrirme de ciertos conocimientos con
relación a lo que se puede o no hacer en esta religión.
Una de las
cosas que sé es que no son todos los oshas ni orishas los que se asientan, y
con esto hay que tener mucho cuidado, porque un santo mal hecho o mal asentado
le puede costar la vida tanto al padrino o madrina como al iniciado Iyawó, e
incluso en lugar de adelantarlos puede ocasionarles un considerable atraso.
Conozco el
caso testimonial de una persona a la que le hicieron Dadá. Bien, en primer
lugar hay que saber, cuando uno se define, quién es el orisha que viene
defendiéndonos como nuestro ángel de la guarda, y si este se asienta o si solo
se recibe. En el caso de Dadá estamos hablando de un orisa que no va a la
cabeza de nadie, porque Dadá es la hermana de Shangó, fue quien lo crio,
considerada como la protectora de los recién nacidos y los vegetales, y sobre
todo Dadá es la corona de Shangó. Entonces, ¿cómo un rey va a perder su corona
para asentar un santo?
Otro informante
contó una vez que a alguien le habían hecho Yewá directo, pero lamentablemente
esa persona solo duró días en “el reino de este mundo” después de su
asentamiento santoral. No era para menos. Yewá es una orisha muertera, la que
vive en los féretros, y es una de las deidades más complejas del panteón yoruba
que hay que saber muy bien cómo es que se hace. De hecho, aquí en Cuba he
escuchado siempre que el fundaché para hacer Yewá lo tienen los santiagueros, y
también los matanceros.
Por otra
parte están los hijos de Aggayú Solá. Imaginen cómo es posible poner en la
cabeza de alguien al volcán, y qué pasaría. Pues, Aggayú es otra deidad que hay
que saber muy bien cómo asentarla, porque es cierto que se puede hacer directo,
pero con mucho cuidado y con mucho conocimiento. De hecho, casi todos los hijos
de Aggayú que yo conozco están siwere,
y tampoco es para menos.
En otra situación
está el caso de Babalú Ayé o San Lázaro, como más se conoce en la población. Estamos
hablando de un santo que puede asentarse directo, pero con condiciones, pues
tengo entendido que solo un hijo de Babalú Ayé puede parir o asentar un
Azowano. Aquí se ha criticado mucho a santeros que tienen hecho Oshún u otro
santo por hacer San Lázaro, pues ¿cómo un vivo va a levantar a un muerto? Porque
San Lázaro es otro orisha muertero, y a sus hijos se les considera Omo Ikú. Dicho
sea de paso, he escuchado que a las personas que han hecho Azojuano y que no
tienen este santo como orisha tutelar le han ido muy mal.
También conozco
a personas que dicen que tienen hecho santo y cuando se les pregunta qué osha
dicen que Iroko u Oshanlá. Error. Estos son caminos de Obbatalá, con excepción
en algunas casas de Iroko, pero en ambos casos el orisha que se asienta es
Obbatalá.
La clave del
éxito está en el conocimiento. La Santería o Regla de Osha-Ifá no es una
religión para improvisar. En los oddún de Ifá, por ejemplo, está prácticamente
todo escrito.
Es así como
se debe tener bien claro que hay osha que se asientan, o sea, que se les pueden
hacer Kari Osha; hay otros orishas que no van a la cabeza de nadie, e incluso
hay orisas que las entrega solamente el babalawo y otras las pueden entregar
tanto el babalawo como el santero.
Cabría preguntarse
entonces, ¿cuáles son los santos u osha que se asientan en yoko osha?
Pues Elegguá,
Oggún, Oshosi, Obbatalá, Shangó, Yemayá, Oshún, Oyá, Yewá (también se hace
Oshún), Aggayú Solá (también se hace Changó y Oshún), Babalú Ayé (también se
hace Yemayá y Oshún) y Naná Burukú (conozco que aquí en Cuba hubo dos personas
que tuvieron hecho Naná directa), son los oshas a cuyos hijos les pueden hacer
santo, pues van perfectamente a la cabeza de estos. Lo que hay que saber cómo
se hacen, en cada caso.
Fig. 1. Obbatalá con Oro para Odduduwá
A los hijos
de Ozun, Oduduwá, Naná Burukú e Iroko se les hace Obbatalá con Oro. O sea,
sería Obbatalá con Oro para Odudwá, como un babalawo que conozco que tiene
hecho Obatalá con Oro para Oddúa, u Obbatalá con Oro para Iroko, por poner un
ejemplo.
Fig. 2 Changó con Oro para Dadá
A los hijos
de Aggayú Solá y a los hijos de Dadá se les hace Shangó con Oro, que sería
Shangó con Oro para Dadá, o Changó con Oro para Aggayú, como fue el caso de la
famosa santera Aurora Lamar Oba Tolá (que Ibaé), o el nombrado santero Alfredo
Calvo Oba Tolá (que Ibaé), quienes tenían consagrado Changó con Oro para
Aggayú.
Fig. 3 Sopera de Yemayá con Oro para Olokún o Yemayá con Oro para Inle
A los hijos
de Inle, de Orisha Oko, de Olokun y de Babalú Ayé se les hace Yemayá con Oro; o
sea Yemayá con Oro para Inle o Yemayá con Oro para Olokun; como es el caso de
una santera que conozco y que también está en mi familia, Olomicuyé, quien
tiene hecho Yemayá con Oro para Babalú Ayé.
Fig. 4. Iddé de Oshún con Oro para Obba
A los hijos
de Obba, de Yewá y también a los hijos de Aggayú Solá y a los de Babalú Ayé se
les hace Oshún con Oro, por ejemplo: Oshún con Oro para Obba, Oshún con Oro
para Aggayú u Oshún con Oro para Babalú Ayé.
En dependencia
de la casa santoral, a los hijos de los Ibbeyi se les hace, por lo general,
Changó y Yemayá.
Mientras que
hay poderes u orishas que solo y exclusivamente pueden ser entregados por
Babalawos, que se reciben pero jamás se asientan: Eshu, Orula, Oduduwá, Osaín,
Orungán, Oshumaré, Ori, Olosa, Boromú y Bronsiá y Olofin.
Otros los
pueden entregar los santeros, santeras y Obba Oriaté, como Oranmiyán, Naná,
Olokun, Ibeyis, Orisha Ayé, Ayé, Aroni, Ayaó, Oggué, Oké, Olosá, Obañeñe o
Dadá, Korikoto, Logún Ede, Oroíña, Oggán y Abita.
Con relación
a Olokun, esta deidad tan grande en la Regla de Osha por representar la salud,
el equilibrio, la estabilidad y la firmeza tan necesarias en la vida, es
entregada tanto por santeros como por babalawo, como poder de Ifá, y hay
quienes plantean que el verdadero Olokun es el que entregan los babalawo. Yo creo
que la verdadera esencia está en el corazón que pone el padrino que entrega el
poder y en la fe, pues en mi casa se ha demostrado que tanto trabaja y sirve el
Olokun de osha como el Olokun de Ifá, a pesar de sus marcadas y reconocidas
diferencias. Con Ibbeyi sucede algo similar, al ser un orisha entregado tanto
por santeros como por babalawos como otro poder de Ifá.
En definitiva,
siempre he insistido que es importante tener en cuenta el conocimiento para
hacer determinadas ceremonias e incluso para aceptar determinadas cosas. Nadie amaría
a una persona sino lo conoce ni le iría nada bien si no la conocemos, similar
sucede con la religión.
Oshún Oñí Funké
Olo Oshún Ibu Kolé
No hay comentarios:
Publicar un comentario